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Antonio Calvo () 656960478
Calle Vicente Blasco Ibañez, - Marbella (Málaga)
incendio en málaga La mayor catástrofe ambiental en décadas Arden 5.000 hectáreas en un desastre ambiental histórico


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Los peores pronósticos quedaron confirmados cuando se dio a conocer la primera cifra del que ya se puede considerar uno de los incendios forestales más trágicos ocurridos en la historia de la provincia de Málaga. Más de 5.000 hectáreas forestales, sin incluir aún las agrícolas y urbanas que también resultaron afectadas y sin que el dispositivo del Infoca haya podido completar aún la medición total del perímetro, fueron arrasadas por este fuego de consecuencias catastróficas que causó el terror en seis términos municipales y que permaneció activo durante casi 48 horas.

Es un número escalofriante que, fuentes del Infoca, ya advirtieron ayer a este periódico que será aún mayor cuando se termine de hacer hoy el recuento definitivo y que confirmarán la tragedia que ha supuesto un fuego de dimensiones sin precedentes, no sólo por la extensa superficie afectada, sino por los miles de desalojados, los cuantiosos daños materiales y la víctima mortal que ha dejado a su paso.

La fatalidad y, con casi total seguridad, la intencionalidad confluyeron el jueves por la tarde para que este enorme incendio se propagara sin control en pocas horas ante la frustración de las más de mil personas que han trabajado en su extinción. Más de 37 grados de temperatura, rachas de viento de terral por encima de los 30 kilómetros por hora, una humedad imperceptible y la hora en la que se originó el fuego que dejaba a los medios aéreos escasamente dos horas de sol para atajarlo hicieron que se diera el peor de los escenarios. Tales eran las condiciones meteorológicas esa fatídica noche que, señalaron las mismas fuentes, hubo pavesas -restos incandescentes derivados del fuego- que recorrieron una distancia de más de 15 kilómetros empujados por el fuerte viento. A eso se sumó un fenómeno muy poco usual, conocido por los expertos como bolas o tormentas de fuego, que desplazó material vegetal en llamas en forma de remolinos a mucha distancia y con una gran rapidez "provocando un nuevo foco allí donde caían".

Pero además de las nefastas condiciones del tiempo, las sospechas apuntan también a la ayuda del hombre en esta propagación desmesurada y que la brigada de investigación y la Guardia Civil ya investigan. La totalidad del incendio no se declaró como estabilizado hasta las 17:00 de ayer, casi dos días después de que se originara en el paraje de Barranco Blanco de Coín, porque a última hora del viernes se registraron columnas de humo en una zona comprendida entre Monda y Coín que obligaron a centrar allí los efectivos, una vez que el resto del perímetro hubiera quedado contenido por la tarde.

Los 430 efectivos del Infoca, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y los bomberos que estuvieron trabajando durante toda la madrugada del sábado lograron evitar que el único frente que permanecía activo no siguiera avanzando. Y lo consiguieron, a pesar de que lo hicieron en unas condiciones muy complicadas debido a la falta de luz y a la orografía del terreno donde el incendio se hizo fuerte a última hora de la noche anterior. Con la primera luz del día pudieron incorporarse a las labores de extinción ocho medios aéreos que terminaron por controlar desde el aire el avance del devastador fuego. Los efectivos del dispositivo también tuvieron que atender otros puntos calientes que surgieron a lo largo de la mañana en varias zonas del perímetro calcinado por el incendio. El que hizo saltar de nuevo todas las alarmas fue la lengua de fuego que surgió de nuevo en la zona entre Ojén y Monda, y que el día anterior había mantenido en jaque a todo el dispositivo hasta que el viernes a última hora de la noche pudo darse por estabilizado.

El control de este frente permitió, según explicaron fuentes del propio Infoca, que el incendio no llegara a afectar al parque natural de la Sierra de las Nieves como llegó a temerse ni tampoco al rico bosque de castaños y alcornoques del paraje conocido como El Juanar, aunque sí llegó a Sierra Blanca considerada de enorme valor ecológico. Los medios desplegados en la zona tuvieron ayer por primera vez como aliado al viento de levante que sopló suave e hizo que las llamas que aún continuaban activas redujeran considerablemente su altura, lo que permitió poder hacerles frente con mayor facilidad desde tierra.

La evolución del fuego era favorable y sobre las 10:00, tras la reunión de coordinación mantenida en el puesto de mando avanzado que continúa en el hospital Costa del Sol de Marbella, se decidió abrir la carretera A-355, que conecta las localidades de Marbella y Ojén y que permanecía cortada entre los kilómetros 25 y 35 desde el día anterior a consecuencia del gran fuego, por lo que los vecinos de Ojén que aún permanecían desalojados pudieron regresar a sus casas. Casi tres horas después, el nivel 2 de emergencia que había permanecido activo desde que en la medianoche del jueves el fuego se diera por descontrolado bajó al 1, lo que supuso la retirada de la zona de los 270 efectivos de la UME y de los 50 del Consorcio Provincial de Bomberos que habían estado trabajando de forma incansable desde que se originó.

Las labores de extinción continuaron entonces pero con los medios propios del Infoca, que mantuvo desplegados en la zona realizando tareas de liquidación y remate a más de 190 especialistas de extinción y siete vehículos autobomba, además de las unidades especiales de meteorología y transmisiones y la de análisis y seguimiento de incendios forestales. Asimismo, por aire llegaron a movilizarse hasta un total de 18 medios aéreos, que estuvieron realizando descargas por los diferentes puntos del enorme perímetro del incendio.

También seguirán trabajando hoy y la idea es que lo hagan hasta que el fuego se dé completamente por extinguido, una tarea que podría durar aún varios días. Será entonces momento de evaluar con exactitud los daños que ha dejado tras de si este infernal incendio. Todavía es pronto, pero los destrozos ambientales ya se consideran irreparables en muchos casos por la riqueza de los espacios naturales que se han visto afectados, si bien fuentes de la Junta insistieron en que "hay zonas que se pueden recuperar porque hay árboles cuya copa no se ha quemado".

 



Mientras los retenes aún luchaban contra el fuego en los frentes de Coín y Ojén, los especialistas en investigación desandaban el camino recorrido por las llamas para localizar el punto de ignición. En busca del origen del incendio más devastador de las dos últimas décadas en la Costa del Sol, con más de 5.000 hectáreas calcinadas, y que ha tenido en vilo a todo el país.

Los investigadores se adentraron el viernes en el paraje de Barranco Blanco, en Coín, donde un día antes, sobre las 18.20 horas, saltó la chispa que desató el desastre. La inspección ocular realizada sobre el terreno condujo hasta el foco inicial, donde se encontraron unos vestigios que despejaron algunas incógnitas y confirmaron las sospechas. Aparentemente, el fuego fue provocado por una fogata, según ha podido saber SUR.

Las pesquisas se centran ahora en averiguar para qué se encendió dicha hoguera. En la respuesta a esa cuestión, los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) esperan encontrar las claves que permitan identificar al responsable o responsables del incendio, que ha recorrido unos 25 kilómetros de la Costa occidental hasta que ayer tarde se dio finalmente por controlado.

Las fuentes consultadas por este periódico indicaron que se manejan distintas hipótesis sobre el origen de la fogata, desde una quema ilegal de rastrojos -que requiere autorización expresa y que, en cualquier caso, está totalmente prohibida en verano- hasta una barbacoa realizada por los muchos senderistas que frecuentan el paraje natural, que se ubica entre los términos de Coín y Alhaurín el Grande.

Aparte de la autoría, el segundo interrogante que tendrá que aclarar la investigación, que aún está en un momento incipiente, es si el incendio se provocó de forma intencionada o por una actitud negligente. En este sentido, las fuentes reconocieron que existen elementos desconcertantes, como la celeridad con la que se extendieron las llamas -los técnicos calculan que llegaron a avanzar a una velocidad de unos 13 kilómetros por hora- o su propagación en tres frentes sin control.

Balance provisional

En este sentido, el consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta, Luis Planas, desveló ayer que en las primeras horas del fuego se pudieron ver pavesas que recorrieron «quince kilómetros en tres horas»; y se refirió también al fenómeno de las bolas de fuego, «que es muy raro en materia de incendios, y que provocó una rápida propagación».

Los representantes políticos no lo han dudado en ningún momento a lo largo de las 48 horas que se ha prolongado la lucha contra la devastación del monte. Tras las manifestaciones del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y del delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, el consejero de Justicia e Interior, Emilio de Llera, dijo ayer que tanto los puntos de ignición como la rápida propagación ponen de manifiesto «la sospecha más que vehemente de que ha sido provocado».
El primer balance oficial -todavía provisional- por parte del plan Infoca ofrece una perspectiva mucho más negra de la que se preveía inicialmente: desde el pasado jueves han ardido más de 5.000 hectáreas forestales, entre arbolado y matorral, en seis municipios de la provincia. El dato definitivo se conocerá en la jornada de hoy, tras las mediciones aéreas realizadas por los técnicos, con ayuda de GPS. Se trata del siniestro más virulento desde agosto de 1991 (esto es, en las dos últimas décadas) cuando el fuego consumió más de 10.000 hectáreas de bosque y monte bajo en la Serranía de Ronda. Fuentes del dispositivo explicaron que el paso de las llamas junto a núcleos urbanos está complicando mucho los cálculos.

Aún no está extinguido

Javier Carnero, delegado de Medio Ambiente de la Junta en Málaga, explicó que el fuego se dio ayer por estabilizado, aunque todavía faltan al menos cuatro o cinco días más de trabajo para que esté extinguido por completo. Durante la madrugada de hoy han seguido trabajando 16 retenes con ocho autobombas, junto a una sección completa de la Unidad Militar de Emergencias (UME), compuesta por medio centenar de efectivos y tres vehículos, en labores de extinción de los últimos focos vivos y de refresco sobre el terreno.

El plan Infoca ha conseguido uno de los principales objetivos que se fijaron los especialistas a nivel medioambiental: frenar el avance hacia los parajes de Sierra Blanca y el Juanar (Ojén), antesala del parque natural de la Sierra de las Nieves. Ello habría supuesto una catástrofe ecológica de dimensiones muy superiores a las que de hecho se han producido, y que no son nada desdeñables. El delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, destacó el alto nivel de coordinación de todos los organismos e instituciones que han participado en la atención de la emergencia. En el momento de máxima ebullición llegaron a estar movilizados en simultáneo hasta 1.100 efectivos de Infoca, de la Unidad Militar de Emergencias (UME), del Consorcio de Bomberos, de una decena de parques municipales (incluidos los de Málaga capital y el aeropuerto) y voluntarios, junto a unos 25 medios aéreos de la Junta y del Gobierno central.

En el lado opuesto, el balance de daños personales y materiales deja una víctima mortal, un ciudadano alemán de 54 años; lesiones a otras cinco personas (de las que dos resultaron heridas muy graves por quemaduras); el desalojo de 6.500 personas (entre viviendas, tres hoteles e instalaciones administrativas) y daños a un centenar de casas diseminadas, de las que al menos una decena resultaron calcinadas (algunas con un alto valor patrimonial).
El fuego se originó el pasado jueves en Sierra Negra, concretamente en el paraje Cerro Alaminos, en el término municipal de Coín, y desde allí se abrió en tres focos, de los que uno amenazaba Mijas y Marbella; un segundo, en el entorno del punto de arranque (Coín y Alhaurín el Grande); y el más grave, que avanzaba hacia Ojén y Monda y enfilaba hacia los parajes de Sierra Blanca y El Juanar, de alto valor ecológico. Finalmente, ayer la Costa del Sol empezó a despertar de la pesadilla que ha vivido.


Los peores pronósticos quedaron confirmados cuando se dio a conocer la primera cifra del que ya se puede considerar uno de los incendios forestales más trágicos ocurridos en la historia de la provincia de Málaga. Más de 5.000 hectáreas forestales, sin incluir aún las agrícolas y urbanas que también resultaron afectadas y sin que el dispositivo del Infoca haya podido completar aún la medición total del perímetro, fueron arrasadas por este fuego de consecuencias catastróficas que causó el terror en seis términos municipales y que permaneció activo durante casi 48 horas.

Es un número escalofriante que, fuentes del Infoca, ya advirtieron ayer a este periódico que será aún mayor cuando se termine de hacer hoy el recuento definitivo y que confirmarán la tragedia que ha supuesto un fuego de dimensiones sin precedentes, no sólo por la extensa superficie afectada, sino por los miles de desalojados, los cuantiosos daños materiales y la víctima mortal que ha dejado a su paso.

La fatalidad y, con casi total seguridad, la intencionalidad confluyeron el jueves por la tarde para que este enorme incendio se propagara sin control en pocas horas ante la frustración de las más de mil personas que han trabajado en su extinción. Más de 37 grados de temperatura, rachas de viento de terral por encima de los 30 kilómetros por hora, una humedad imperceptible y la hora en la que se originó el fuego que dejaba a los medios aéreos escasamente dos horas de sol para atajarlo hicieron que se diera el peor de los escenarios. Tales eran las condiciones meteorológicas esa fatídica noche que, señalaron las mismas fuentes, hubo pavesas -restos incandescentes derivados del fuego- que recorrieron una distancia de más de 15 kilómetros empujados por el fuerte viento. A eso se sumó un fenómeno muy poco usual, conocido por los expertos como bolas o tormentas de fuego, que desplazó material vegetal en llamas en forma de remolinos a mucha distancia y con una gran rapidez "provocando un nuevo foco allí donde caían".

Pero además de las nefastas condiciones del tiempo, las sospechas apuntan también a la ayuda del hombre en esta propagación desmesurada y que la brigada de investigación y la Guardia Civil ya investigan. La totalidad del incendio no se declaró como estabilizado hasta las 17:00 de ayer, casi dos días después de que se originara en el paraje de Barranco Blanco de Coín, porque a última hora del viernes se registraron columnas de humo en una zona comprendida entre Monda y Coín que obligaron a centrar allí los efectivos, una vez que el resto del perímetro hubiera quedado contenido por la tarde.

Los 430 efectivos del Infoca, la Unidad Militar de Emergencias (UME) y los bomberos que estuvieron trabajando durante toda la madrugada del sábado lograron evitar que el único frente que permanecía activo no siguiera avanzando. Y lo consiguieron, a pesar de que lo hicieron en unas condiciones muy complicadas debido a la falta de luz y a la orografía del terreno donde el incendio se hizo fuerte a última hora de la noche anterior. Con la primera luz del día pudieron incorporarse a las labores de extinción ocho medios aéreos que terminaron por controlar desde el aire el avance del devastador fuego. Los efectivos del dispositivo también tuvieron que atender otros puntos calientes que surgieron a lo largo de la mañana en varias zonas del perímetro calcinado por el incendio. El que hizo saltar de nuevo todas las alarmas fue la lengua de fuego que surgió de nuevo en la zona entre Ojén y Monda, y que el día anterior había mantenido en jaque a todo el dispositivo hasta que el viernes a última hora de la noche pudo darse por estabilizado.

El control de este frente permitió, según explicaron fuentes del propio Infoca, que el incendio no llegara a afectar al parque natural de la Sierra de las Nieves como llegó a temerse ni tampoco al rico bosque de castaños y alcornoques del paraje conocido como El Juanar, aunque sí llegó a Sierra Blanca considerada de enorme valor ecológico. Los medios desplegados en la zona tuvieron ayer por primera vez como aliado al viento de levante que sopló suave e hizo que las llamas que aún continuaban activas redujeran considerablemente su altura, lo que permitió poder hacerles frente con mayor facilidad desde tierra.

La evolución del fuego era favorable y sobre las 10:00, tras la reunión de coordinación mantenida en el puesto de mando avanzado que continúa en el hospital Costa del Sol de Marbella, se decidió abrir la carretera A-355, que conecta las localidades de Marbella y Ojén y que permanecía cortada entre los kilómetros 25 y 35 desde el día anterior a consecuencia del gran fuego, por lo que los vecinos de Ojén que aún permanecían desalojados pudieron regresar a sus casas. Casi tres horas después, el nivel 2 de emergencia que había permanecido activo desde que en la medianoche del jueves el fuego se diera por descontrolado bajó al 1, lo que supuso la retirada de la zona de los 270 efectivos de la UME y de los 50 del Consorcio Provincial de Bomberos que habían estado trabajando de forma incansable desde que se originó.

Las labores de extinción continuaron entonces pero con los medios propios del Infoca, que mantuvo desplegados en la zona realizando tareas de liquidación y remate a más de 190 especialistas de extinción y siete vehículos autobomba, además de las unidades especiales de meteorología y transmisiones y la de análisis y seguimiento de incendios forestales. Asimismo, por aire llegaron a movilizarse hasta un total de 18 medios aéreos, que estuvieron realizando descargas por los diferentes puntos del enorme perímetro del incendio.

También seguirán trabajando hoy y la idea es que lo hagan hasta que el fuego se dé completamente por extinguido, una tarea que podría durar aún varios días. Será entonces momento de evaluar con exactitud los daños que ha dejado tras de si este infernal incendio. Todavía es pronto, pero los destrozos ambientales ya se consideran irreparables en muchos casos por la riqueza de los espacios naturales que se han visto afectados, si bien fuentes de la Junta insistieron en que "hay zonas que se pueden recuperar porque hay árboles cuya copa no se ha quemado".

 



Mientras los retenes aún luchaban contra el fuego en los frentes de Coín y Ojén, los especialistas en investigación desandaban el camino recorrido por las llamas para localizar el punto de ignición. En busca del origen del incendio más devastador de las dos últimas décadas en la Costa del Sol, con más de 5.000 hectáreas calcinadas, y que ha tenido en vilo a todo el país.

Los investigadores se adentraron el viernes en el paraje de Barranco Blanco, en Coín, donde un día antes, sobre las 18.20 horas, saltó la chispa que desató el desastre. La inspección ocular realizada sobre el terreno condujo hasta el foco inicial, donde se encontraron unos vestigios que despejaron algunas incógnitas y confirmaron las sospechas. Aparentemente, el fuego fue provocado por una fogata, según ha podido saber SUR.

Las pesquisas se centran ahora en averiguar para qué se encendió dicha hoguera. En la respuesta a esa cuestión, los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) esperan encontrar las claves que permitan identificar al responsable o responsables del incendio, que ha recorrido unos 25 kilómetros de la Costa occidental hasta que ayer tarde se dio finalmente por controlado.

Las fuentes consultadas por este periódico indicaron que se manejan distintas hipótesis sobre el origen de la fogata, desde una quema ilegal de rastrojos -que requiere autorización expresa y que, en cualquier caso, está totalmente prohibida en verano- hasta una barbacoa realizada por los muchos senderistas que frecuentan el paraje natural, que se ubica entre los términos de Coín y Alhaurín el Grande.

Aparte de la autoría, el segundo interrogante que tendrá que aclarar la investigación, que aún está en un momento incipiente, es si el incendio se provocó de forma intencionada o por una actitud negligente. En este sentido, las fuentes reconocieron que existen elementos desconcertantes, como la celeridad con la que se extendieron las llamas -los técnicos calculan que llegaron a avanzar a una velocidad de unos 13 kilómetros por hora- o su propagación en tres frentes sin control.

Balance provisional

En este sentido, el consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta, Luis Planas, desveló ayer que en las primeras horas del fuego se pudieron ver pavesas que recorrieron «quince kilómetros en tres horas»; y se refirió también al fenómeno de las bolas de fuego, «que es muy raro en materia de incendios, y que provocó una rápida propagación».

Los representantes políticos no lo han dudado en ningún momento a lo largo de las 48 horas que se ha prolongado la lucha contra la devastación del monte. Tras las manifestaciones del presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y del delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, el consejero de Justicia e Interior, Emilio de Llera, dijo ayer que tanto los puntos de ignición como la rápida propagación ponen de manifiesto «la sospecha más que vehemente de que ha sido provocado».
El primer balance oficial -todavía provisional- por parte del plan Infoca ofrece una perspectiva mucho más negra de la que se preveía inicialmente: desde el pasado jueves han ardido más de 5.000 hectáreas forestales, entre arbolado y matorral, en seis municipios de la provincia. El dato definitivo se conocerá en la jornada de hoy, tras las mediciones aéreas realizadas por los técnicos, con ayuda de GPS. Se trata del siniestro más virulento desde agosto de 1991 (esto es, en las dos últimas décadas) cuando el fuego consumió más de 10.000 hectáreas de bosque y monte bajo en la Serranía de Ronda. Fuentes del dispositivo explicaron que el paso de las llamas junto a núcleos urbanos está complicando mucho los cálculos.

Aún no está extinguido

Javier Carnero, delegado de Medio Ambiente de la Junta en Málaga, explicó que el fuego se dio ayer por estabilizado, aunque todavía faltan al menos cuatro o cinco días más de trabajo para que esté extinguido por completo. Durante la madrugada de hoy han seguido trabajando 16 retenes con ocho autobombas, junto a una sección completa de la Unidad Militar de Emergencias (UME), compuesta por medio centenar de efectivos y tres vehículos, en labores de extinción de los últimos focos vivos y de refresco sobre el terreno.

El plan Infoca ha conseguido uno de los principales objetivos que se fijaron los especialistas a nivel medioambiental: frenar el avance hacia los parajes de Sierra Blanca y el Juanar (Ojén), antesala del parque natural de la Sierra de las Nieves. Ello habría supuesto una catástrofe ecológica de dimensiones muy superiores a las que de hecho se han producido, y que no son nada desdeñables. El delegado del Gobierno andaluz en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, destacó el alto nivel de coordinación de todos los organismos e instituciones que han participado en la atención de la emergencia. En el momento de máxima ebullición llegaron a estar movilizados en simultáneo hasta 1.100 efectivos de Infoca, de la Unidad Militar de Emergencias (UME), del Consorcio de Bomberos, de una decena de parques municipales (incluidos los de Málaga capital y el aeropuerto) y voluntarios, junto a unos 25 medios aéreos de la Junta y del Gobierno central.

En el lado opuesto, el balance de daños personales y materiales deja una víctima mortal, un ciudadano alemán de 54 años; lesiones a otras cinco personas (de las que dos resultaron heridas muy graves por quemaduras); el desalojo de 6.500 personas (entre viviendas, tres hoteles e instalaciones administrativas) y daños a un centenar de casas diseminadas, de las que al menos una decena resultaron calcinadas (algunas con un alto valor patrimonial).
El fuego se originó el pasado jueves en Sierra Negra, concretamente en el paraje Cerro Alaminos, en el término municipal de Coín, y desde allí se abrió en tres focos, de los que uno amenazaba Mijas y Marbella; un segundo, en el entorno del punto de arranque (Coín y Alhaurín el Grande); y el más grave, que avanzaba hacia Ojén y Monda y enfilaba hacia los parajes de Sierra Blanca y El Juanar, de alto valor ecológico. Finalmente, ayer la Costa del Sol empezó a despertar de la pesadilla que ha vivido.





Antonio Calvo
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La Agrupación Ecologista PINSAPO se fundó en Marbella hace mas de 25 años. Desde entonces ha participado activamente en la defensa de la naturaleza y del medio ambiente tanto a nivel local como global.

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