"Todo aquello que implique la muerte de un animal sin necesidad es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida". (Art. 11 de la Declaración de los Derechos Animales, proclamada por la UNESCO en 1.978 y aprobada después por la ONU).

 Desde el 16 de octubre y  hasta el 13 de febrero de 2011 permanecerá abierto el período hábil para la caza del ciervo, gamo, muflón, arruí, jabalí y cabra montés, especies que se podrán capturar todos los días, incluidos fines de semana y festivos.

A partir de mediados de octubre se abre la veda en todas las Comunidades Autónomas para permitir el sangriento festival de sangre y muerte al que nos tienen acostumbrados cada año el colectivo de cazadores "deportivos". Así acaban con la vida de unos 60.000 ciervos, 120.000 jabalís y otros 30.000 más de las especies gamo, muflón, corzo, rebeco, arruí, cabra montés y lobo. A estos hay que añadir un millón de liebres, cuatro millones de conejos y 140.000 zorros. En cuanto a las aves, son alrededor de tres millones de perdices, un millón de codornices y cinco millones más de otras aves, entre las que se encuentran faisanes, palomas, ánades y patos.

En el Año Mundial de la Biodiversidad ¿cómo se puede considerar digno y noble acabar con la vida de un animal por simple deporte?

El Ayuntamiento de Istán, asi como otros “SUBASTA PARA LA ADJUDICACIÓN DE CABRA MONTÉS Y JABALÍES” Como un Ayuntamiento progresista y demócratico subasta al símbolo de la Reserva de la Biosfera y del Parque Natural "Sierra de las Nieves" al mejor postor, cuando la Cabra Montes está sufriendo en la última decada una disminución en su población.

Andalucía gestiona anualmente la expedición de más de 300.000 licencias, más de un tercio de las emitidas a nivel nacional.

Sin contar con las fincas y cotos privados, la oferta pública de caza de la Consejería de Medio Ambiente se adjudicará mediante los sistemas de sorteos y subastas a los que podrán optar cazadores locales, regionales y nacionales. En concreto, esta oferta incluye 1.622 puestos de monterías para ciervo, jabalí, gamo y muflón; 1.142 puestos para batidas de jabalí; 1.018 permisos para recechos de muflón, ciervo, gamo, cabra montés, corzo y jabalí; 512 permisos para la caza de perdiz con reclamo en mano; 88 puestos para aguardos de jabalí, y 20 puestos para ganchos de jabalí, gamo y muflón.

A nivel provincial, destaca Jaén en cuanto al número de permisos, con 2.106 repartidos entre los distintos terrenos cinegéticos de gestión pública y las distintas modalidades ofertadas. Le siguen Almería (1.135), Málaga (381), Sevilla (218), Granada (211), Córdoba (177) y Cádiz (174).Es un triste y macabro destino  el que espera a estos animales, debido al egoismo y crueldad de una parte de la sociedad -el colectivo de cazadores.  Animales que son matados alegremente y que nos privan a los amantes de la naturaleza poder disfrutarlos en libertad.

La idea de que la caza es necesaria para mantener el equilibrio de las especies en la naturaleza, no siempre es cierta, pues en un estado normal la naturaleza siempre se ha equilibrado sola. Por el contrario, son los cazadores quienes en muchas ocasiones han desequilibrado la naturaleza.  Antiguamente el hombre tenía la necesidad de cazar para comer, pero el hombre moderno ya no necesita este recurso. Otro de los argumentos que esgrimen los cazadores es que también matamos infinidad de animales para nuestra alimentación diaria y nadie pone el grito en el cielo. Cierto, pero hay una diferencia fundamental entre la caza "deportiva" y la necesidad de alimentación de la población. 

En España hay una especie de culto a la caza. Muchos ministros y ex-ministros la practican. Recordemos al Ministro de Justicia que asistia a monterias en Jaen sin disponer licencia de caza. Nuestro Rey, Juan Carlos I, buen aficionado desde niño a pegarle tiros a los animales, no duda e escaparse en visitas privadas a cacerías que atentan contra los convenios internacionales de protección de extinción como es la caza del oso o del bisonte europeo.

Chiste: la caza del oso

Pero la sensibilidad va cambiando. Las licencias de caza en España van disminuyendo año tras año. Si en 1990 había más de 1.440.000, en el año 2000 su número era de aproximadamente 1.200.000, y en 2007 rondaba el de 1.000.000.

Tal vez la solución al problema de la caza esté en la educación de los ciudadanos ya desde el colegio. Pero ello lleva tiempo.

Por tanto, volvemos a hacer hincapié en la cultura y apelamos a la Declaración Universal de los Derechos Animales, y no podemos por menos dejar de citar un párrafo.. "Considerando que la educación debe enseñar desde la infancia, a observar, comprender, respetar y amar a los Animales..."  Son unas normas sencillas para que los cazadores dejen de cazar en el futuro y, por tanto, de matar a seres inocentes y perjudicando al mismo tiempo al medio ambiente con sus perdigones de plomo, ruidos e intranquilidad para quienes salimos a la montaña o al campo a observar tranquilamente las maravillas de la naturaleza..

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