LA MACROURBANIZACIÓN EN PLENA SIERRA BLANCA DE ISTÁN ES INCOMPATIBLE CON LOS VALORES DE LA RESERVA DE LA BIOSFERA.
 
El majestuoso espacio natural de Sierra Blanca está siendo objeto de una agresión ecológica sin precedentes con la construcción de la urbanización “Sierra Blanca Country Club”, en la zona de Cerros del Lago, municipio de Istán.  Los brutales desmontes  y movimientos de tierra se realizan en pendientes superiores al 60% y alcanzan ya a la zona más escarpada y rocosa de la sierra.
 
Este espacio está incluido como de Protección Ambiental I en el P.O.T. de la Costa del Sol. Posee unos valores naturales, ecológicos y paisajísticos tan singulares dignos de su inclusión en el Parque Natural Sierra de las Nieves. Además, esta zona está declarada Reserva Andaluza de Caza y es hábitat de la cabra montés, especie emblemática y protegida. Aquí está también el hábitat del meloncillo o la garduña. Diversas especies de rapaces como El Águila Real, la culebrera o la perdicera encuentran lugar para hacer sus nidos. El bosque mediterráneo está representado en todos sus niveles. El impacto ecológico, visual y paisajístico es enorme y afecta a una zona ya delimitada para incluir en la Red de Espacios Protegidos Natura 2000 por la Unión Europea, sin que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía haya hecho nada hasta el momento para impedirlo.
 
La Agrupación Ecologista Pinsapo ha visitado recientemente la zona en obras, y ha constatado el brutal atropello que se está realizando,  la enorme destrucción de la vegetación natural, y como las excavadoras “escalan” hacia el mismo corazón de la sierra, enterrando arroyos. Todo ello después de haber invadido y hecho desaparecer de su trazado ancestral  una vía pecuaria pública, el  Camino Viejo de Istán a Marbella, que el propio Ayuntamiento y la Mancomunidad de Municipios incluían en sus guías de senderismo.
 
El asunto es mas sangrante si tenemos en cuenta que Istán se publicita a sí mismo como municipio de gran riqueza ecológica, que indudablemente lo es, y que apuesta por el desarrollo sostenible, mientras que esto no es mas que un ejemplo de lo contrario, especulación urbanística de gran impacto, y depredación del territorio.    Por otro lado, nos tememos que en cuanto los informes sobre estas agresiones ecológicas lleguen al Programa MAB (Man and Biosphere) de la UNESCO, peligra la continuidad del municipio de Istán en la Reserva de la Biosfera Sierra de las Nieves, por ser estos hechos drásticamente incompatibles con los valores naturales de dicho espacio protegido.
 
Esta urbanización es el nefasto modelo que va a repetirse a lo largo de la carretera Marbella-Istán,  según el avance del nuevo PGOU. Con este modelo que el Ayuntamiento de Istán llama de “baja densidad”, pero que mas bien es “de alta destrucción”, el futuro de toda la cara oeste de Sierra Blanca es mas negro que nunca.   Dejará de ser territorio de nidificación de varias especies de aves rapaces protegidas y en peligro de extinción,  desaparecerá una estupenda muestra de la biodiversidad animal y vegetal mediterránea, los movimientos de tierra acelerarán la llegada de sedimentos al embalse reduciendo su vida útil, y aumentará el riesgo de contaminación fecal del agua que todos bebemos.
 
Es una contradicción que los valores que justificaron la declaración de Reserva de la Biosfera sirvan ahora a la promoción inmobiliaria y provocará su destrucción irreversible
 
Nos preguntamos si este es el desarrollo que verdaderamente necesita este pueblo, que con unos 1200 habitantes en la actualidad pretende construir 3000 viviendas en los próximos años, en unas urbanizaciones que vivirán totalmente a espaldas de Istán y sus vecinos ya que ni siquiera lo mencionan en sus elementos publicitarios, enclavándose a sí mismas en la “nueva milla verde” de Marbella.  Quizás se esté confundiendo el desarrollo económico con el afán recaudatorio de impuestos municipales, que solo significará “migajas para hoy” y “problemas para mañana”.  El único modelo aceptable en estas áreas sería uno de verdadera baja densidad, centrado en las zonas próximas a la carretera y alejado de la montaña, y con multitud de espacios libres en mosaico, para preservar la vegetación natural, la biodiversidad animal, el equilibrio visual y paisajístico, y la protección del embalse que abastece de agua potable a toda la Costa del Sol.